Sky Crawlers
Nos encontramos en una época indeterminada en algún lugar de Europa, dos compañías están enzarzadas en una guerra desde hace no se sabe cuánto. Para ello usan unos arcaicos aviones que sin embargo tienen la última tecnología, los pilotos de dichos aviones son prácticamente niños, pero no unos niños normales, sino que son kildren, muchachos que cual Peter Pan no crecen y cuyo único final posible es morir en la batalla. La historia comienza cuando llega un nuevo piloto a la base. Mamoru Oshii es el director de este film bélico de ciencia-ficción (que triunfó en Sitges 2008), que se basa en una serie de novelas del escritor nipón Hiroshi Mori. Oshii vuelve a tocar los mismos elementos que en películas anteriores, aunque en ésta plantea algunos otros e interesantes temas, muy en su línea, con mucha metafísica y filosofía en general de por medio. Por un lado tenemos a los kildren, niños que no son exactamente niños, ya que podrían vivir una eternidad sin cambiar un ápice y por otro una guerra entre dos compañías (aunque al parecer existen más), en un conflicto que no se sabe cuándo comenzó, ni los motivos del mismo. En realidad si cuento mucho más puedo destripar cosas muy interesantes que se plantean, así que prefiero dejarlo así. Técnicamente nos encontramos con un filme soberbio. Como ya nos tiene acostumbrados el director de Ghost in the Shell nos trae una mezcla de las 3D con la animación tradicional, en este caso los personajes están realizados con la última técnica mientras que casi todos los escenarios y maquinaria (especialmente los aviones) están realizados con animación por ordenador. Las batallas aéreas están magníficamente realizadas, algunas de ellas son de las mejores que he visto en cine de ese tipo (también es cierto que muchos films con batallas aéreas tampoco he visto; ahora me viene a la cabeza otro anime que tiene excelentes batallas: Macross Plus). Resulta sorprendente como en ocasiones uno duda (sobre todo en las escenas aéreas) de si los escenarios y aviones son animados o reales, no obstante, y aunque este tipo de escenas me han encantado las que más me han impactado y transmitido han sido las protagonizadas por los dos personajes principales, especialmente una que transcurre en el interior de un coche, y también otra en un despacho, ambas bien avanzada la trama. Realmente son dos momentos en los cuales el director y animadores han sabido transmitir toda una gama de sensaciones y sentimientos. Todo ello gracias en buena medida a una maravillosa banda sonora compuesta por el compositor habitual del realizador de Avalon, el siempre genial Kenji Kawai. Magníficas batallas aéreas, un guión que no te da nada mascadito, unos personajes principales más que interesantes que evolucionan a medida que avanza la trama y una animación de indudable calidad es lo que nos ofrece The Sky Crawlers, una absoluta joya animada que requiere de nuestro esfuerzo para comprenderla en todo su conjunto.